viernes, 14 de agosto de 2009

Millennium y la construcción

En el artículo anterior reproducía el diálogo sobre la gestión de una empresa periodística que venía en el tercer tomo de Millennium de Stieg Larsson. En este reproduzco la explicación de cómo funciona la construcción y la política de las grandes industrias en Suecia, que, con pocos matices, creo puede ser extrapolable a España (pags.313-318 de dicho tercer tomo)
Saquen sus conclusiones.

“-¿Quieres escribir un reportaje sobre inodoros? ¿En Millennium?
- Es muy sencillo –dijo Henry Cortez-. La industria más grande de Suecia, con diferencia, es la construcción. Se trata de una industria que, en la práctica, no puede mudarse al extranjero por mucho que Skanska finja tener una oficina en Londres. Las casas, en cualquier caso, hay que construirlas en Suecia.
Cuando se trata de crear empresas competentes y eficaces, el negocio de la construcción está a años luz de todas las demás industrias de Suecia. Si Volvo construyera coches de la misma manera, el último modelo valdría alrededor de uno o dos millones de coronas. Para cualquier industria normal el objetivo es reducir precios. Con la industria de la construcción sucede lo contrario: pasan olímpicamente de reducir costes, lo cual hace que el precio del metro cuadrado aumente y que el estado realice una serie de subvenciones con dinero público para que el precio final no resulte absurdo.
¿Y por qué son tan caras las casas? – Pues porque las constructoras pasan de bajar precios. Y porque al cliente no le queda más remedio que pagar. Una de las cosas que más encarece la vivienda es el material de construcción (aparte del precio del suelo). El negocio de este material está en manos de empresas mayoristas, que son las que ponen los precios. Como ahí no hay una verdadera competencia, una bañera puede costar en Suecia cinco mil coronas. La misma bañera hecha por el mismo fabricante cuesta en Alemania el equivalente a dos mil coronas. Y no existe ningún coste adicional en Suecia que pueda explicar la diferencia. Nadie negocia con las empresas de construcción denunciando lo disparatado de los precios. Los que encargan los edificios pagan sin rechistar lo que cuesta, y, al final, el precio lo asumen los inquilinos y los contribuyentes. Hay clientes que se han cansado de los altos costes. Un buen ejemplo lo constituye Karlskronahem, la empresa municipal que construyen más barato que ninguna otra, simplemente porque compra el material sin intermediarios. La Federación sueca de comercio trajo a un tío de Tailandia que vendía inodoros a 500 coronas la unidad. Su competidor más cercano era una empresa mayorista sueca que vende inodoros auténticamente suecos a 1.700 coronas cada uno. Así que los compradores inteligentes de las empresas municipales empezaron a preguntarse por qué estaban pagando 1.700 coronas por un inodoro cuando por 500 podían traerles de Tailandia uno igual.
-¿Tal vez porque era de mejor calidad?
-No. La misma
-Eso huele a trabajo infantil y cosas por el estilo
-No. En Tailandia el trabajo infantil existe sobre todo en la industria textil y en la de los souvenirs. Es una empresa grande, moderna y muy respetada en el ramo de los sanitarios.
-Adivina dónde fabrica Vitabara AB esos inodoros por los que pagas 1.700 coronas.
-En Vietnan
-No puede ser.
-Sí, llevan por lo menos diez años haciendo inodoros en régimen de subcontratación. A los trabajadores suecos los despidieron en los años noventa.
-Pero ahora viene lo mejor. Si los importásemos directamente de la fábrica de Vietnam, el precio rondaría las 390 coronas. Adivina cómo se explica la diferencia de precio entre Tailandia y Vietnam.
-Vitabara AB le encarga el trabajo a algo que se llama Fong Soo Industries. Figura en la lista de la ONU sobre las empresas que emplean mano de obra infantil; o eso es, al menos, lo que dice una investigación que se realizó en el año 2001. Pero la mayoría de los trabajadores son prisioneros.”

Pienso que ese texto está perfectamente documentado, pero si alguien tuviese dudas le invitaría a leer el libro de Naomí Klein, titulado NO LOGO, donde se explica perfectamente el funcionamiento de las grandes multinacionales en lo tocante a sus actividades de fabricación en los países de Asia principalmente.

En cuanto a España, y concretamente Navarra, la construcción parece ser que es igual que en Suecia, ni competente, ni eficaz, ni, por supuesto, innovadora. Hace unos días un amigo mío me contó que fue a proponer a un importante constructor de Pamplona un producto novedoso y que, según él -y me lo creo- tendría un futuro totalmente revolucionario. Bueno pues, la respuesta del directivo de la constructora fue más bien una pregunta: ¿Y si es tan bueno ese producto, por qué no la han inventado los americanos?. Y a esa pregunta siguió una sugerencia: “Intenta venderlo a una multinacional y luego ya se lo compraremos nosotros”.
Estoy de acuerdo con Stieg Larsson.

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