jueves, 9 de abril de 2009

¿Es posible tener una TARJETA UNICA?

El miércoles día 8 de abril se publicaba que la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona va a establecer como forma de pago en sus autobuses la tarjeta de proximidad, es decir, sin contactos.

Esa tarjeta anónima que va a implementar dicha sociedad, va a ser compatible con la Tarjeta Ciudadana que desde hace tiempo intenta poner en marcha el Gobierno de Navarra y que, actualmente, funciona en ciertos Ayuntamientos de Navarra.
Hasta ahí, todo más o menos bien, salvo para los que conocemos un poco el tema de funcionamiento del mundo de las tarjetas.

Primero quisiera decir que nadie se preocupa de que el ciudadano de a pie tenga cuantas menos tarjetas mejor, sino al contrario, cada vez nos cargan con más y más tarjetas.
Si vd. mira en su cartera, lo más probable es que se encuentre con alguna de estas tarjetas: DNI, carnet de conducir, tarjeta sanitaria, tarjeta ciudadana, autopista, Civican, funcionario, empresa en la que trabaja, tres o cuatro bancarias, otras cuatro o cinco de establecimientos comerciales, club deportivo, profesional (abogado, médico, etc.), tarjetas de fidelización, sociedades musicales, gastronómicas, si practica algún deporte la de federado, cines, seguros de enfermedad privados, del autobús…... A mí me han salido un total de 32 tarjetas y eso que soy enemigo de las mismas. Habrá gente que seguro llegará a las 50 con facilidad.

Es totalmente factible que todas esas tarjetas puedan concentrarse en UNA TARJETA UNICA que englobe absolutamente todas.

Hay tres entes que emiten todas esas tarjetas. El Estado (DNI, carnet de conducir, carnet de funcionario, etc). Las Comunidades Autónomas (Tarjeta Sanitaria, carnet de funcionario, patrón de embarcaciones deportivas, tarjeta ciudadano, bibliotecas, etc. Las entidades particulares (Bancos, comercios, fidelización, entidades deportivas, colegios profesionales, etc.)

Las tarjetas que corresponden al Estado ( DNI y el carnet de conducir) podían ir sin duda juntas en una sola tarjeta, pero eso es misión imposible…..

Las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, tampoco hacen nada por facilitar el tema y siguen emitiendo tarjetas, que podían estar en una sola. Intentan hacer algo con la tarjeta ciudadano, pero se quedan a mitad de camino pues ahora vemos que las tarjetas de pago de transporte van a ser dos, y, evidentemente no integran la tarjeta sanitaria.
Las tarjetas que corresponden a entidades particulares (bancarias, comerciales, clubs deportivos, bibliotecas, entidades musicales, colegios profesionales…..) aunque les parezca mentira pueden ir todas en una sola tarjeta, sin perder ni una sola de las prestaciones que ellas aportan al cliente.

Como no soy Presidente del Gobierno del Estado ni de mi Comunidad Autónoma, no puedo hacer nada para que la Administración unifique todas sus tarjetas en una sola.
Pero a nivel de entidades particulares, si hay alguien que lidera el proyecto, sí que pueden conseguir, y no es ciencia ficción en absoluto, unificar todas en una con lo que si eso se llevase a cabo haría que en lugar de las 30 o 40 tarjetas que tenemos en la cartera, podamos tener una única tarjeta, mas las que corresponden al Estado y Comunidades Autónomas.
Bueno pues, eso que creo que a todo el mundo le encantaría, y que, incluso pagaría para que le quiten ese montón de tarjetas de encima, no le interesa en absoluto a ninguna de las dos entidades financieras de Navarra (CAN y Caja Rural) que serían las idóneas para lanzar ese proyecto, pues prefieren el machacarle al cliente con un montón de tarjetas de sus entidades, y de las otras pues les importa un bledo y no se quieren embarcar en proyectos que, piensan no les es de ninguna utilidad ni rentabilidad.
Creo que este proyecto alguien lo pondrá en marcha, no se cuándo, y, evidentemente será extranjero, pues sólo ellos parece son los capacitados para innovar.
Viene a mi memoria cuando se le propuso a la CAN en 1992 (hace 17 años) el establecer el sistema de venta de entradas para espectáculos a través de la red de cajeros (hasta esa fecha inexistente en España, y no existía aquí Internet) y lo rechazó por no verle ningún interés. Podía haber liderado un proyecto pionero en España y hoy se contenta con ser socio de una de esas empresas que sí que creyeron en el proyecto y lo pusieron en marcha.
Como ven seguimos siendo innovadores a tope…… y mientras tanto montando Moderna y otras cosas…… para nada.

Subvencionar igual a tirar el dinero

Hace unos días se publicaba en Diario de Navarra que los comercios de Pamplona habían recibido 237.153€ sobre los 900.000€ destinados por el Ayuntamiento a subvencionar al comercio de la ciudad. Es decir, sólo el 26% de ese presupuesto se había utilizado.
Mucho habría que hablar del tema de las subvenciones. Particularmente siempre he pensado que lo dado en subvenciones, en general, es un dinero tirado, y también que la aplicación de las subvenciones es totalmente injusta. Me explico.
Cuando para promocionar la contratación laboral se daba por cada puesto de trabajo 3.000€, ¿me quieren decir Vds. qué empresa, por recibir ese dinero, contrata a una persona sin necesidad? .Una empresa contrata a alguien, si de verdad la necesita, y si le dan 3.000€ pues bienvenidos sean, pero con o sin subvención la iban a contratar, por tanto esa subvención ha sido dinero tirado.
Ahora, para la remodelación del comercio, etc. dotan un Presupuesto de 900.000€ y como la economía va como va, los comerciantes sólo piden subvenciones por el 26%. Ese dinero es otra vez tirado, pues los que van a hacer esas obras las iban a hacer de todos modos, pues una subvención que puede llegar como máximo a 12.000€ de la inversión y que la han recibido solamente 7 comercios, mientras que el resto han recibido entre 752,38 y 9.794,38€, no hace que el comerciante desista de hacer dicha inversión si no obtiene esas ayudas.
Otras subvenciones que recuerdo últimamente son: la de 85€ por renovar electrodomésticos por otros de ahorro energético, o las ayudas a informatización de empresas y comercios, etc.También, desde mi punto de vista es dinero tirado, pues por lo dicho antes, si tengo que cambiar un horno o comprar un PC lo haré de todas formas, y la ayuda que pueda recibir será, como dicen en Cataluña “a mes a mes”.
La otra parte es la de las injusticias en la concesión de ayudas. La ayuda de electrodomésticos estaba abierta desde mediados de 2008 (creo recordar), hasta el 31 de diciembre y hasta que se agotasen los recursos. Me parece injusto, pues hace que no se den igual oportunidades a todos. Se daban los 85€ hasta que se agotase el fondo, con lo que si uno llegaba tarde se quedaba sin nada. Yo pienso que se tenían que recoger todas las solicitudes, y el 2 de enero repartir el total presupuestado a las solicitudes habidas, y entonces recibiría cada solicitante 85, 67 ó 23€ etc., no que los que más habían corrido cobraban 85€ y el resto nada. Lo mismo podría aplicarse a las ayudas a los equipos informáticos, y no creo sea tan difícil realizarlo.
Respecto a las subvenciones a comercios en este caso, pero lo mismo a empresas, etc. comienza el tema en que se anuncia que se pueden conceder ayudas de tal o cual tipo. Como la Administración es tan rápida, el tema se aprueba en una fecha x, para esa fecha hay gente que no puede esperar y comienza las obras, las cuales no son subvencionadas por estar comenzadas antes de que saliese la publicación de las mismas, otros tienen la suerte de comenzarlas dentro del período y, por tanto reciben la subvención, y otros comienzan después, con lo que se quedan sin nada. En este caso seguimos como antes, partiendo de que yo no daría ninguna ayuda, pero si las doy, tendrían que poder acogerse a las mismas los que hayan realizado obras de mejora, inversiones etc. entre una subvención y otra, para no estar discriminados, y porque realmente han hecho la inversión sin saber siquiera si iba a existir subvención de cualquier tipo.
¿Y qué haríamos con las cantidades que se destinan a subvenciones y que, según mi criterio, no daría? Pues destinarlas a obras de infraestructura u otros servicios dotacionales que hiciesen que, en el caso que nos ocupa, el comercio fuese más rentable, consistiendo principalmente esta acción en hacer que acudiese la gente a comprar a la ciudad. Si conseguimos que se compre en la ciudad, el comercio vende más, por tanto gana más y eso hace que se meta en inversiones “no subvencionadas” pues el incremento de beneficios hará que se puedan amortizar con holgura las inversiones que realicen. Si el comercio no espera tener ninguna mejora de su rentabilidad no invertirá, y prueba de ello es que el 74% del fondo dotado para subvenciones se ha quedado en las arcas del Ayuntamiento.
Pero claro, el ver qué tenemos que hacer a nivel de infraestructuras o servicios, etc. sólo está al alcance de personas bien preparadas y con experiencia, por lo que cada vez tengo más claro que “la subvención es la solución que dan los que no saben la solución” (y con ello tranquilizan su conciencia)

La nueva receta electrónica

Hace unos días hemos tenido conocimiento de la celebración en Pamplona el 11 y 12 de febrero del I Foro Internacional sobre el talento “Agora Talentia” organizado por el Gobierno de Navarra y la Fundación Navarra para la Diversificación Empresarial (CEN). El comisario técnico del congreso Enrique De Mulder ha explicado que “Navarra se anticipa a la era del Talento..”; “el reto del siglo XXI consiste en hacer de la gestión del talento un proceso que conecte familia, escuela, universidad, empresa y sociedad”; “ necesitamos el talento ético al servicio del crecimiento sostenible, no la avaricia individual”; “ Agora Talentia pretende convertirse en el referente internacional para debatir, proponer actuaciones…”; “Agora Talentia pretende ser el primer foro estable del mundo de estas características…”.
De las palabras del comisario técnico, pocas conclusiones he podido entresacar salvo que el evento conducirá, como otros, a la nada. Soy incapaz de adivinar las razones y efectos prácticos, salvo los puramente publicitarios y de imagen, que puede reportar un Foro de ese calibre, cuyo presupuesto no se conoce pero a buen seguro no será pequeño.
Como en otras ocasiones, los hombres de la política prefieren divagar en el terreno de la abstracción que pisar tierra. Mi experiencia personal y profesional me ha llevado a lo contrario. Tengo una historia, que podría ser una de tantas, sobre el tratamiento que el Gobierno de Navarra ha dado en ocasiones a ese talento, que ahora le sirve para promover un Foro Mundial.
En febrero de 1993 se presentó a la Consejería de Sanidad un proyecto de Informatización de Centros de Salud y Farmacias, que pretendía eliminar todos los papeles del sistema, sobre todo la eliminación de la receta en papel, en base a que la misma fuese grabada en la banda magnética de la Tarjeta Sanitaria. La ventaja de este sistema radicaba en que desde que uno entraba en un Centro de Salud para ir a la consulta de un médico hasta que salía de una farmacia con los medicamentos no había papel alguno. Todo se procesaba automáticamente y se tenía toda la información de quién, qué y cuánto recetaba; cuánto consumía cada persona en medicamentos, además, el proceso de trabajo en las reboticas de las farmacias se aligeraba considerablemente pues la facturación de las mismas a la S.S. se hacía de forma automática, etc. y todo ello con costo “cero” de procesamiento de datos. Además se evitaba el archivo de recetas, etc.
La Consejería de Sanidad, cuyo titular era Calixto Ayesa, recibió este proyecto y le gustó, de tal forma que convocó una reunión con su staff (entre los que, por cierto, se encontraba el actual consejero de Innovación José Mª Roig) y el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Navarra (que apoyaba totalmente el proyecto). Después de dicha reunión no se quiso seguir adelante con el tema.
En 1997, siendo consejero Santiago Cervera, se volvió a presentar el proyecto, conscientes de que se estaba desaprovechando una oportunidad extraordinaria de ser pioneros (palabra que ahora no se deja de oír por ningún lado) en cuanto a la gestión sanitaria. La idea volvió a desestimarse.
Once años más tarde, con María Kutz de titular, el proyecto fue tachado de poco innovador, aunque el Gobierno de Navarra tenía intención de implantarlo. Es así que el 3 de junio de 2008 el consejero Alberto Catalán anunciaba la receta electrónica, alabando las ventajas que representaba la misma. Posteriormente se ha adjudicado a dos empresas su implantación (calco total del proyecto presentado hace 16 años en el Gobierno de Navarra) con un coste que se podía haber evitado: 3.042.000 euros valor aproximado de los impresos de recetas; al 374.580€ del estudio inicial; y otros 500.000 € por la adquisición del soft. El proyecto se proponía lo liderase el Gobierno de Navarra, existiendo la posibilidad de vender el mismo a otras Comunidades.
Perdida la oportunidad, como ocurre a menudo, de ser pioneros en ese u otros proyectos similares, sólo los muy ilusos pueden creer a estas alturas que por el hecho de organizar un Foro sobre el Talento se va a dar con él. Mientras las instancia públicas sigan supliendo el talento con dinero poco habrá que hacer. ¿O sí?