La cuarentena que nos impone la
pandemia del coronavirus no es ningún problema. Internet nos ha ido preparando
poco a poco para que la aceptemos con la mayor naturalidad.
La compra (supermercados,
electrónica, ropa…) ya hace tiempo que se hace por Internet y te la llevan a
casa. Infinidad de espectáculos (fútbol y todo tipo de deportes, conciertos de
música moderna o clásica, toros ….) celebrados en cualquier lugar del mundo los
puedes ver desde tu sofá.
El cine ya ni digamos. Tienes
varias plataformas que te brindan películas y series que ni te imaginas. Sólo
faltan las palomitas, pero, también por Internet, puedes comprar la máquina
salteadora…
Por supuesto tienes la TV de toda
la vida donde puedes ver los programas desde tu casa. Los programas que hasta
ahora tenían público asistente ya no lo tienen, pero pueden ponerse grabaciones
de público anteriores, y como los aplausos están enlatados, ni nos enteraríamos
de que el público es virtual. El fútbol a puerta cerrada se podría celebrar
desde un campo de césped sin más, pero para que los jugadores estuviesen
animados tendrían los gritos de ánimo y aplausos enlatados en proporción 80/20
de ánimos para los de casa o los visitantes, y los que vean los partidos desde
la TV oirían esos ánimos y los espectadores estarían grabados de actuaciones
anteriores, con lo que el estadio se vería “abarrotao”. Además los clubs, al menos los grandes, sacan
más pasta con las retransmisiones por TV que con la venta de entradas en taquilla y
además los campos de fútbol actuales los podrían recalificar para viviendas
etc. y sacarles una pasta gansa.
Si quieres leer un libro te lo
descargas en el e-book, si oír un disco lo haces a través de Spotify.
Los pisos que se construyen ahora
son una avanzadilla de lo que nos viene. No hay sitio para libros ni discos, ¿para
qué si todo está en la nube?. Sólo hay armarios para colgar la ropa y les
auguro poco futuro puesto que ya hay webs que te alquilan la ropa por días.
Cuando nos despertemos se nos pondrá la tostadora y cafetera en marcha y nos
llegará el repartidor con la ropa que nos vamos a poner ese día, por tanto, ¿para
qué tener armarios?. Unos calzoncillos, bragas y calcetines caben en cualquier
cajón.
Si tienes una necesidad sexual la
puedes solucionar de forma manual o digital, hinchando una muñeca con la bomba
de la bici que ya no usas pues la has sustituido por una estática o bien o
poniendo unas películas “ad hoc”.
Si no quieres cocinar puedes
pedir la comida a un restaurante de mayor o menor categoría y al poco la
tendrás en casa. Por supuesto que los hijos los tendrás entretenidos viendo dibujos
animados o con la play. También podrán seguir los estudios desde casa vía
tablet. Los padres en un porcentaje cada
vez mayor podrán trabajar desde casa. Esto que casi era imposible o excepcional
hace una semana, en 24h. se ha hecho efectivo gracias al coronavirus. El pan o
lo haces en casa con una panificadora o tienes el de molde. La leche es de
larga duración y la compras para un montón de días y en cuanto al periódico lo
lees en la tablet, por tanto desaparece el mítico poste de las casas americanas
en el que te dejaban pan, periódico y leche.
La imposibilidad de viajar la
recibiremos como una bendición. Fuera Air BNB, los pisos turísticos y la
congestión de bares y locales de hostelería. No habrá limitación de locales de
apuestas pues cada uno se jugará la pasta desde su casa, Desaparecerá la
polución pues dejarán de emitirse cantidades ingentes de CO2 (ni aviones,
coches, trenes, barcos…). Los museos los visitaremos desde casa pudiendo ver
los cuadros sin tener que esquivar montones de cabezas y móviles haciendo fotos
que tenemos delante nuestra. Los habitantes de Venecia y otras ciudades
superturísticas podrán volver a vivir al centro y la gente podrá visitarlas desde
sus casas a través de la realidad virtual, que en muchos casos es mejor que la
presencia física, siendo las personas mayores las grandes beneficiarias de este
nuevo sistema de viajes.
El Congreso y el Senado así como
todos los “Congresillos autonómicos” se han cerrado y las sesiones se
celebrarán a través de Internet (videoconferencias) con lo que los congresistas
sólo tendrán que votar cuando y lo que les digan sus jefes (como sucede en las
sesiones presenciales) pero cómodamente desde el sofá y en pijama. Simplemente
pulsando el mando a distancia. Sólo aplicando esta medida ¿os imagináis la
cantidad de dinero que nos estaríamos ahorrando al evitar viajes, dietas, comidas
y demás parafernalia?.
Como puede verse, el avance de
Internet hace que nos podamos quedar en casa no cuarenta días sino toda la
vida.
No se me olvida hablar de la
medicina. Las consultas en casa se están ya desarrollando a través de internet
y cada vez irá a más. Sólo habrá que ir presencialmente a un hospital cuando
haya de realizarse alguna operación o algo de más importancia y no nos
olvidemos que en el futuro nos podrán operar de muchas cosas incluso estando en
casa.
Y llegados a este punto en que
casi todo lo vamos a poder hacer desde casa, me pregunto ¿qué razón tenemos
para vivir amontonados en grandes ciudades que están deshumanizadas y que
plantean más inconvenientes que ventajas?. ¿Y si nos trasladamos a esas miles
de casas que conforman la España vacía?. Sólo precisaríamos Internet, y lo que
es más importante: UN SOFÁ.
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