La
visión no era muy agradable, pues esas bolsas a veces se rompían, rezumaban
líquidos que manchaban el pavimento, ocasionaban malos olores, etc.
El
siguiente paso fue instalar contenedores, con lo que se conseguía separar los
residuos (orgánico, envases, papel y vidrio) y además permitía sacar la basura
a cualquier hora. Por el contrario eso tenía un costo importante: instalación
de contenedores e introducción de camiones
prensa que el sistema anterior no precisaba. También se instalaron en
algunos lugares un tipo de contenedor que consistía en una especie de calcetín
que estaba enterrado y que tenía una boca exterior en la que se depositaban las
bolsas de basura. En ciertos puntos, por estética, se soterraron los
contenedores actuales, pero es carísimo.
La
basura que genera una familia es suya puesto que ella la produce y no se puede
desprender de la misma cuando le viene bien y dejársela a la sociedad, o sea ponerla
en la calle, con todos los problemas que ocasiona.
La
solución “puerta a puerta” tiene cosas buenas (se saca la basura a partir de una hora determinada, eliminando los contenedores; se separa en cuatro tipos
de residuos; se identifican los tipos de residuos por colores, etc.), pero también
tiene cosas no solucionadas (exposición de cubos con basura colgados en postes;
pensar qué días se tiene que sacar cada
tipo de basura; tener un lugar para ponerla cuando uno va a estar ausente y no
pueda sacarla en su día, etc,)
Los
problemas hay que solucionarlos en origen, así que voy a permitirme
brindar unas ideas sobre cómo veo el tema de recogida de basuras
domésticas, por si fuese de utilidad
para alguien.
Entregaría
a todas las viviendas, donde se implante el sistema, un contenedor con cuatro
departamentos (rechazo, materia orgánica, papel cartón y envases) provisto de
un sistema de pedal/prensa y un sencillo dispositivo para termosellado de las
bolsas. Estas bolsas, entregadas por el servicio de basuras, serían
biodegradables, de colores diferentes para cada residuo y con un código de
barras de gran tamaño.
Se
introduce cada residuo en su compartimento y seguidamente con la acción de un
pedal se prensa para sacar el oxígeno (evitamos olores) y hacer que quepan más
residuos. Cuando se ha llenado el mismo se termosella la bolsa.
Se
sacan a la calle a partir de la hora que
se señale y se amontonan en los lugares establecidos. Esas bolsas termoselladas
y con un grosor y características que las hiciesen prácticamente irrompibles,
no generarían ni olores ni derrames que pudiesen ensuciar la calle. También se
podrían amontonar correctamente pues, al estar prensadas, sería como poner un
ladrillo sobre otro, con lo que el “montón” no sería tan antiestético. Además
se podrían sacar todo tipo de bolsas cualquier
día de la semana.
Con este
sistema se evitan los problemas que, desde mi punto de vista, tiene el sistema
de recogida que plantean ahora.
Finalmente
la recogida de esos “montones de basura” la realizarían camiones normales, pues
como está ya compactada, no hace falta camión prensa, además al ir juntas
bolsas con distinto tipo de residuos no procedería meterlas en el mismo camión
prensa.
Al
llegar al depósito de basuras los
camiones volcarían todo en una cinta transportadora de la que, al leer los
códigos de barras que identifican cada tipo de bolsa, derivarían la misma para su
posterior tratamiento.
Si el
sistema funcionase, el siguiente paso sería que esas prensas fuesen un
electrodoméstico más a instalar en las cocinas, haciendo de forma automática y
más efectiva los procesos de prensado y termosellado.
En
cuanto a la separación del papel en bolsas yo sería partidario de dejarlo como
está, es decir que exista un contenedor para papel en la calle (que no plantea
problemas higiénicos) dejando por tanto la separación de basuras en casa
reducida a tres tipos, con lo que reducimos las medidas de ese contenedor.
Como
idea final y complementaria a lo anterior hay un tema de residuos (pilas y
aceites usados) que su recuperación se hace incómoda para el usuario (por tanto
tira el aceite por la fregadera y las pilas vete a saber a dónde van). La
recogida de pilas la haría colocando un pequeño recipiente adherido a las papeleras de la ciudad y serían
recogidas por el servicio de basuras que
vacía las mismas. En cuanto al aceite facilitaría un tipo de envase
único para que se vacíen los aceites
domésticos y se dejen junto con el resto de la basura para que sean
recogidos por los camiones
correspondientes.
Si
esta idea se llegase a aplicar, tanto
los cubos manuales como el futuro electrodoméstico, podrían ser fabricados en
la Barranca, que por su tradición industrial lo tendría fácil de realizar y
representaría un impulso para esa zona. No podemos esperar que venga gente de
fuera a darnos trabajo, lo tenemos que generar nosotros y quizá esto sería un ladrillo
más a colocar en la reconstrucción de nuestra Comunidad.
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