miércoles, 27 de marzo de 2013

El campo y la gran distribución

De vez en cuando aparecen en los medios de comunicación noticias sobre  la situación del campo. Que si la leche se  paga a unos precios que no cubren los costos de los ganaderos; que si los productores de frutas y verduras reciben unos precios irrisorios  si se compara con lo  que paga el consumidor final por ellos; que si los precios de los cereales  los fijan en Chicago….

Está claro que en todos estos casos los productores están a merced de las grandes industrias lácteas, de la gran distribución o de las cuatro multinacionales que controlan el mercado del grano a nivel mundial.

La solución al problema lácteo la veo difícil, ya que, el negocio de la leche transformada (básicamente yogur y derivados), que es donde  se gana dinero, está copado en España por dos o tres multinacionales francesas y por una suiza, a las que difícilmente se pueden desbancar. Así pues, mientras  las cosas no cambien, serán estas empresas las que marquen los precios de compra de la leche a los ganaderos.

Ni qué decir del oligopolio de los granos a nivel mundial que seguirá en manos de Cargill y compañia, por lo que el agricultor tendrá  que  estar “a lo que manden”.

Nos quedan las frutas y verduras, es decir los productos frescos, sin transformar. Estos se pueden vender  en el mercado nacional o en el extranjero. A nivel de exportación se conoce el potencial que tiene Almeria, pero yo al menos, desconozco qué es lo que se hace en Navarra, quién exporta y volumen de negocio.

Lo que pretendo aquí analizar son las ventas de productos frescos en el mercado nacional y que, en un gran porcentaje, llegan al  cliente final de la mano de las grandes cadenas de distribución, pues la venta directa no es significativa.

Estos productos cada vez tienen más peso en la cesta  de la compra, pues los precios son cada vez más  elevados y sin embargo el productor no está  satisfecho ya que sus márgenes son mínimos respecto a los que obtiene la gran distribución.

Creo que  los productores tienen  que  tratar de “puentear” a esa distribución y hacer la venta directamente.

Aquí es donde me atrevería a proponer una solución que, a mi modo de ver, permitiría al productor tener un beneficio justo y al consumidor pagar menos por el producto.

Se trataría de que los productores hiciesen sus ventas, vía Internet, directamente a los consumidores  finales, es decir: se saltasen a la gran  distribución.

Algunos productores de naranjas, pescados  y mariscos, “casheros” del País Vasco y de otras regiones, ganaderos de carne (sobre todo cerdo) ya lo están haciendo, pero al ser una oferta atomizada confieren al sistema tres importantes debilidades que limitan su desarrollo. Una: el cliente tiene que hacer el pedido a cuatro o cinco proveedores. Dos: al ser pedidos atomizados los proveedores exigen unas cantidades mínimas, para  hacer rentable el envío, que a menudo exceden la capacidad  de consumo de una familia. Tres: cada proveedor envía sus pedidos separadamente, con lo que el cliente tiene que estar en casa pendiente de cuándo le llegará la mercancía de cada uno de ellos.

Si las Cooperativas liderasen esta iniciativa y concentrasen la oferta de los productores, solucionaríamos  de golpe los tres puntos  débiles del actual sistema.

Uno: sólo habría que pedir a una o dos cooperativas. Dos: se podrían servir pedidos más pequeños  pues los envíos serían conjuntos  para todos  los clientes. Tres: evitaríamos los envíos a cada domicilio (rebajando costos de transporte), pues dichos pedidos serían depositados en locales   estratégicamente situados y con amplio horario de apertura, para que el cliente pasase a retirarlos a su comodidad, sin tener que estar  pendiente de los horarios de entrega.

Bueno pues, este sistema que propongo, hace unos días me enteré que los americanos lo llaman “capilaridad” y ya lo están poniendo en marcha en su país,  de lo cual me alegro, pues suele suceder que, en el nuestro, las novedades  se aceptan mejor  si ya están funcionando en el extranjero que si se nos ocurren a los de aquí, por aquello de “que experimenten otros”.

No se si lo propuesto puede servir para algo, pero lo que está claro es que los  agricultores  y ganaderos no pueden estar cruzados  de brazos pidiendo siempre soluciones al Gobierno. Tampoco tienen que esperar a que  se legisle sobre la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria: obligatoriedad de contratos  por escrito, código de buenas prácticas, tipificación de prácticas abusivas y control de incumplimientos con elevadas sanciones. Hay tales grupos de presión implicados que la posible legislación intentarán demorarla y limitarla en su beneficio.

Un planteamiento conjunto de UCAN, Sindicatos agrarios, y otros organismos implicados podría ser el germen de este proyecto. Todo menos quedarse parados.

 

Posibles mejoras del "puerta a puerta"

El proceso de recogida de basuras domésticas hace unos años era el siguiente. Los vecinos generaban la basura, la metían en unas bolsas sin hacer separación de ningún tipo de residuos y la dejaban a partir de una cierta hora en unos montones en la calle, donde, por la noche, era retirada por  camiones normales.

La visión no era muy agradable, pues esas bolsas a veces se rompían, rezumaban líquidos que manchaban el pavimento, ocasionaban malos olores, etc.

El siguiente paso fue instalar contenedores, con lo que se conseguía separar los residuos (orgánico, envases, papel y vidrio) y además permitía sacar la basura a cualquier hora. Por el contrario eso tenía un costo importante: instalación de contenedores e introducción de camiones  prensa que el sistema anterior no precisaba. También se instalaron en algunos lugares un tipo de contenedor que consistía en una especie de calcetín que estaba enterrado y que tenía una boca exterior en la que se depositaban las bolsas de basura. En ciertos puntos, por estética, se soterraron los contenedores actuales, pero es carísimo.

La basura que genera una familia es suya puesto que ella la produce y no se puede desprender de la misma cuando le viene bien y dejársela a la sociedad, o sea ponerla en la calle, con todos los problemas que ocasiona.

La solución “puerta a puerta” tiene cosas buenas (se saca la basura a partir  de una hora determinada, eliminando  los contenedores; se separa en cuatro tipos de residuos; se identifican los tipos de residuos por colores, etc.), pero también tiene cosas no solucionadas (exposición de cubos con basura colgados en postes; pensar qué días se tiene  que sacar cada tipo de basura; tener un lugar para ponerla cuando uno va a estar ausente y no pueda sacarla en  su día, etc,)

Los problemas hay que solucionarlos en origen, así que voy a permitirme brindar  unas ideas sobre  cómo veo el tema de recogida de basuras domésticas, por si fuese de utilidad  para alguien.

Entregaría a todas las viviendas, donde se implante el sistema, un contenedor con cuatro departamentos (rechazo, materia orgánica, papel cartón y envases) provisto de un sistema de pedal/prensa y un sencillo dispositivo para termosellado de las bolsas. Estas bolsas, entregadas por el servicio de basuras, serían biodegradables, de colores diferentes para cada residuo y con un código de barras de gran tamaño.

Se introduce cada residuo en su compartimento y seguidamente con la acción de un pedal se prensa para sacar el oxígeno (evitamos olores) y hacer que quepan más residuos. Cuando se ha llenado el mismo se termosella la bolsa.

Se sacan  a la calle a partir de la hora que se señale y se amontonan en los lugares establecidos. Esas bolsas termoselladas y con un grosor y características que las hiciesen prácticamente irrompibles, no generarían ni olores ni derrames que pudiesen ensuciar la calle. También se podrían amontonar correctamente pues, al estar prensadas, sería como poner un ladrillo sobre otro, con lo que el “montón” no sería tan antiestético. Además se podrían sacar todo tipo de bolsas cualquier  día de la semana.

Con este sistema se evitan los problemas que, desde mi punto de vista, tiene el sistema de recogida que plantean ahora.

Finalmente la recogida de esos “montones de basura” la realizarían camiones normales, pues como está ya compactada, no hace falta camión prensa, además al ir juntas bolsas con distinto tipo de residuos no procedería meterlas en el mismo camión prensa.

Al llegar al depósito de  basuras los camiones volcarían todo en una cinta transportadora de la que, al leer los códigos de barras que identifican cada tipo de bolsa, derivarían la misma para su posterior tratamiento.

Si el sistema funcionase, el siguiente paso sería que esas prensas fuesen un electrodoméstico más a instalar en las cocinas, haciendo de forma automática y más efectiva los procesos de prensado y termosellado.

En cuanto a la separación del papel en bolsas yo sería partidario de dejarlo como está, es decir que exista un contenedor para papel en la calle (que no plantea problemas higiénicos) dejando por tanto la separación de basuras en casa reducida a tres tipos, con lo que reducimos las medidas de ese  contenedor.

Como idea final y complementaria a lo anterior hay un tema de residuos (pilas y aceites usados) que su recuperación se hace incómoda para el usuario (por tanto tira el aceite por la fregadera y las pilas vete a saber a dónde van). La recogida de pilas la haría colocando un pequeño recipiente adherido  a las papeleras de la ciudad y serían recogidas por el servicio de basuras que  vacía las mismas. En cuanto al aceite facilitaría un tipo de envase único para que  se vacíen los  aceites  domésticos y se dejen junto con el resto de la basura para que sean recogidos por los  camiones correspondientes.

Si esta idea  se llegase a aplicar, tanto los cubos manuales como el futuro electrodoméstico, podrían ser fabricados en la Barranca, que por su tradición industrial lo tendría fácil de realizar y representaría  un impulso para esa  zona. No podemos esperar que venga gente de fuera a darnos trabajo, lo tenemos que generar nosotros y quizá esto sería un ladrillo más a colocar en la reconstrucción de nuestra Comunidad.