A raíz del incremento del IVA (del 8 al 21%) para cines, teatros, música, etc. los promotores y otros estamentos ligados al mundo de la cultura han puesto el grito en el cielo. Que si nos cargamos la cultura, que si tal o cual…
Realmente si protestan es porque, al tener que repercutir el incremento del IVA (se plantean si total o parcialmente) en el precio de las entradas, piensan que sus ventas van a descender considerablemente, y eso es lo que realmente les preocupa.
Sin embargo, hasta la fecha, la mayoría de esos promotores no han vacilado en poner en práctica algunas medidas por iniciativa propia (no por imperativo del Gobierno como en el caso del IVA) que perjudican a sus clientes, pero mientras estos paguen, parece no les preocupa.
Me refiero a la venta de entradas a través de Internet.
Hasta hace no muchos años el sistema para adquirir entradas para cualquier espectáculo era el de acudir a la taquilla, hacer la consiguiente cola y comprarlas.
Si el espectáculo era en otra ciudad tenías que ver si un conocido residente allí te las podía adquirir.
Después vinieron las reservas por teléfono que te obligaba a pasar por taquilla a retirarlas una hora antes. Más tarde ya se podían comprar las entradas llamando por teléfono y dando el número de la tarjeta de crédito para efectuar el pago.
En todos estos casos siempre se pagaba el valor facial de la entrada sin ningún tipo de gasto adicional.
Cuando llega Internet, los promotores introducen un intermediario en el sistema (una serie de empresas, la mayoría participadas por Cajas de Ahorro) para realizar dicha venta. Por ese servicio cobran un 8% de media (con unos mínimos) sobre el costo total de la entrada IVA incluido. Este sistema supone, hasta la fecha, un negocio redondo para los promotores de espectáculos, ya que, sin hacer ninguna inversión pueden vender más entradas a través de Internet, cobran el valor facial de la entrada y además la mayor parte de las veces reciben de las empresas vendedoras una parte de la comisión cobrada por estas.
Pongamos el ejemplo de un cine cuya entrada vale 6€ y más el 8% de IVA se pone en 6,48€ si la compras en taquilla y si es por Internet 7,20€ (pues la comisión media para entradas del cine es del 11%).
La misma entrada con el 21% de IVA saldría por 7,26€ en taquilla y 8,06€ por Internet.
Así pues, si continuásemos con el sistema actual tendríamos que pagar 0,86€ más por entrada adquirida por Internet como consecuencia del aumento del IVA. Sin embargo si se eliminasen los intermediarios y cada promotor vendiese directamente en su web las entradas al precio de taquilla, el incremento sólo sería de 0,06€ (diferencia entre 7,26-7,20). Queda claro que los que antes y ahora compraban en taquilla tendrían un incremento de 0,78€ que es lo que corresponde al aumento del 13% del IVA. Sin embargo los que antes y ahora compraban por Internet no se enterarían de la subida del IVA, y, en consecuencia, se supone seguirían acudiendo al cine con la misma asiduidad que anteriormente.
Lo sorprendente es que la venta de entradas en Internet funciona justo al revés que cualquier otro tipo de venta (libros, discos, viajes, informática, ropa…). Internet se caracteriza por, entre otras cosas, eliminar intermediarios para que el cliente final compre más barato. Sin embargo los que venden entradas de espectáculos en lugar de quitar un intermediario lo ponen, con lo que el que compra por Internet paga más que si va a la taquilla.
Es como si por hacer una transferencia bancaria por Internet desde tu casa, te cobran más comisión que si vas a la oficina del Banco para que te la realice un empleado.
Hoy en día y con lo que se ha avanzado, encuentro incomprensible que los promotores no tengan sus propias páginas web para la venta directa de sus entradas sin tener que pasar a través de un intermediario. Por otra parte, y teniendo en cuenta que la mayoría de los teatros y auditorios son de titularidad pública, sigo sorprendiéndome que no tengan una web única para todos y que sólo variaría en la distribución de las localidades de cada recinto. El coste que les pueda suponer el instalar estos sistemas sería mínimo al repartirlo ente todos los recintos y además lo recuperarían rápidamente por el incremento de las ventas por Internet, pues con las comisiones actuales mucha gente se lo piensa y acude a la tradicional “cola” de toda la vida, o sea, “retrocediendo en el tiempo”.
Creo que los promotores (públicos y privados) se tienen que replantear sus sistemas de gestión interna de cara a dar un mejor servicio con un menor coste a sus clientes. Realmente y aunque siempre se dice que la satisfacción del cliente es el objetivo de todas las empresas, con demasiada frecuencia lo pongo en duda. Lo primero que persigue la empresa es su beneficio directo y si “de paso” beneficia al cliente pues mejor, pero partir de lo que sea mejor para el cliente y luego ver cómo le repercute a la empresa no lo hace casi nadie. El cliente sólo se valora cuando se pierde.
Y ya, metido en harina, haré de paso otra referencia a la incongruencia de los sistemas de venta de entradas respecto a todo el comercio sea el clásico o por Internet.
Me refiero a las devoluciones de entradas que están prohibidas por todos los promotores. Compras una entrada y pase lo que pase ya no la puedes devolver. En cualquier otro tipo de transacción comercial eso no ocurre, pues todo se puede devolver, si bien se dan unos plazos, un porcentaje de penalización, etc. pero en el caso de una entrada para una ópera para dentro de dos meses, si entre tanto te surge algo por la que no la puedas utilizar, te la tienes que comer con patatas. Además ya no existe el recurso de ir a la taquilla como antaño para darle las entradas y vea si te las puede vender, pues lo tienen totalmente prohibido. Como se ve sigue siendo el cliente su principal preocupación….
Finalmente doy unos datos. El valor de las compras realizadas por Internet el 1º trimestre de 2012 han sido de 2.452,6 millones de €, y la venta de entradas para espectáculos ha supuesto el 4,1% del total, lo que nos da un monto de 100 millones de euros (más de 400 millones al año pues en este 1º trimestre han subido el 20% sobre el mismo período de 2011).
Pienso pues que los promotores de espectáculos tienen márgenes de mejora importantes en su gestión para trasladarlos al cliente.
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