Es
un tema que venía rumiando desde hace varios años, pero el desencadenante de
que me ponga a escribir este artículo se debe a lo que observé el día 17 de
agosto del pasado año en Pamplona, pero, sobre todo, al artículo publicado en
el diario El País con fecha 6/11/17 sobre una empresa japonesa.
El
jueves 17 de agosto de 2017 fui un organismo oficial (no digo a cuál pues aquí
todos nos mosqueamos inmediatamente) para
hacer unas gestiones. En la calle, junto a la puerta de entrada, había dos
varones y una mujer fumando un cigarrillo y me dije: seguro que son
funcionarios. Entré y tomé el ticket donde figuraba la hora; las 10.25h.
Al
rato entraron esas personas y se dirigieron a sus mesas. Había acertado: eran
funcionarios.
Después
de solucionar mi consulta fui a hacer otras cosas y a las 11,15h pasé de nuevo delante
del mismo organismo, y allí estaban echando otro cigarro la misma mujer y
esta vez un hombre de los dos que había
antes.
Supongo
que esa cadencia la seguirán teniendo a las 11,30h 12,30h etc. hasta que acaban
la jornada laboral.
Parece
que más o menos cada hora salen a echar el cigarro, empleando más o menos 10
minutos en consumir el mismo. O sea que por cada hora sólo trabajan 50 minutos. Me refiero a los fumadores,
claro.
Esto
que, por casualidad, lo observé en ese organismo oficial, se ve en muchos organismos
públicos, y en empresas privadas (oficinas, comercios), pero allá ellos, me
refiero a las privadas, pero creo no se debe consentir en las públicas.
Con
independencia del tema de salud, y en plan demagogo, que se lleva mucho
últimamente, pido a todos los organismos y empresas en las que algunos
trabajadores salen a la puerta a fumarse un cigarrillo que estos no tengan
privilegios sobre los que no fuman.
Lo
que reivindico en su nombre (y antes lo habrían tenido que hacer los
Sindicatos) es que no haya
discriminación y se permita al que le gusta echar un pote y no es fumador, a
que se de un garbeo cada hora para tomarse unos piscolabis. Me dirán que el
tabaco no perjudica al rendimiento posterior en el trabajo, mientras que beber
alcohol sí que puede afectarle. Pero eso es cuestión de voluntad y de saber
organizarse. Las empresas tendrían que conceder a todos los bebedores
acreditados, el equivalente a los tiempos de asueto disfrutados por los
fumadores, pero de una sola vez. Así pues si al ritmo que calculamos los
fumadores emplean casi 1,5h en fumar sus cigarrillos, los que les gusta echar
potes podrían finalizar la jornada laboral 1,5h. antes. De esta forma podrían
irse de vinos tranquilamente pues ya no tendrían que volver al trabajo y por
tanto no repercutiría en su rendimiento posterior.
Importante:
se tendrá que elegir entre fumador o bebedor. No son acumulativos.
En
estos momentos, de defensa de la igualdad es lo menos que se puede pedir.
Claro
que, una vez levantada la liebre, reclamarían esa reducción de jornada los que
ni fuman ni beben, pero que les gusta tocar el piano, jugar al tenis, al mus,
etc. y por tanto exigirían el mismo tratamiento. Sería una forma ingeniosa de
rebajar la jornada laboral o de crear nuevos puestos de trabajo.
Bueno
pues, después de todo esto que en origen es verdad, pero que lo he continuado
en plan jocoso, veo que no soy el único que haya sido sensible a este tema.
El
día 6/11/2017 en El País venía un artículo que decía que la empresa japonesa de
marketing Piala, había ofrecido a sus trabajadores seis días libres al año a
cambio de no fumar y que una tercera parte de la plantilla había aceptado la
oferta. De esta forma no discrimina a nadie en función de sus vicios o
aficiones.
Todo
se había iniciado por la denuncia anónima de un empleado que estaba hasta las
narices de ver cómo sus colegas fumadores bajaban varias veces los 29 pisos
hasta llegar a la calle a darse unas caladas, mientras el resto seguía currando
en su puesto de trabajo.
Si
pueden lean el artículo, que está muy bien, pues no lo voy a copiar entero.
Así
que, después de leer dicho artículo, me animé a escribir lo que hace años tenía
pensado porque lo veía en la calle todos los días, pero ahora que una empresa
extranjera va en esa línea, me veo avalado a hacerlo.
Ya
se sabe que si puedes apoyarte en algo que digan los de fuera será mejor
recibido que si sólo se te ha ocurrido a ti, que encima eres de aquí.
Bueno
pues, entre bromas y veras, ahí queda el tema.
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