sábado, 14 de junio de 2014
Checchi & Magli
Hasta hace unos días ese nombre no me decía nada, pero después de ver a Cañete cabalgando sobre una máquina que plantaba tomate ya me dice algo. Cuando apareció la noticia (fotografía incluida) en la prensa, no leí el artículo pues, como dice José Mugica, Presidente de Uruguay, los discursos de los políticos europeos son todos iguales y además vacíos de contenido. Por eso mi vista se fijó en la marca de la susodicha máquina, y esa era Checchi & Magli. Entré en internet para saber algo de la marca y me encontré con una empresa italiana que fabrica máquinas agrícolas avanzadísimas. Después me acordé de mis tiempos trabajando en la industria láctea donde todas las instalaciones y maquinaria principal eran francesas y alemanas. Las bodegas actuales, las aceiteras, etc. están llenas de maquinaria extranjera. La maquinaria agrícola, tractores incluidos, casi todo extranjero. Si alguien ha visto un programa de TV que se titula “Cómo se hace” o algo parecido que consiste en enseñarnos los procesos de fabricación de diferentes objetos y se fija en las placas de las máquinas que se ven, casi todas son extranjeras.
Siguiendo con el sector agrario nos encontramos que, por ejemplo, las patatas que pensamos que son tan nuestras, en realidad no lo son y tenemos que estar pagando royalties a los holandeses que son los que investigan sobre nuevas variedades y por tanto son los propietarios de las patentes.
Si nos vamos a El Ejido, donde se cultivan hortalizas y flores para toda Europa vemos que la multinacional Syngenta tiene un centro de investigación de donde salen variedades registradas de tomates, pepinos, calabacines, melones, etc. y esas semillas las venden por todo el mundo. ¿Se imaginan de dónde son las máquinas que utilizan para medir la dureza de la piel del tomate o las que reproducen el mordisco humano en una rodaja de melón? Pues yo no he estado en ese centro, pero me temo que no serán de fabricación española.
Antes se decía que la actividad económica la formaban tres sectores: Primario (agricultura), Secundario (industria) y Terciario (servicios). La agricultura era el pasado, la industria el presente y los servicios el futuro.
Después de este proceso de desatención a la agricultura y también en parte a la industria vemos que los servicios, que era lo “guay”, se desmoronan. No hace falta ser un sabio para ver que la palabra “servicios” ya indica que existen para apoyar a alguien. El servicio se le da a la agricultura y a la industria, es decir, al que crea algo. Si no hay producción a quién le voy a vender impresos, o programas informáticos, o diseño y publicidad, o darle el mantenimiento y limpieza , etc.
Bueno pues ahora ya se oye y lee a mucha gente que dice que hay que reindustrializar España pero eso no se consigue de un día para el otro.
El 23 de mayo venía una nota en prensa diciendo que el Parlamento de Navarra insta al Gobierno a elaborar un Plan Económico e Industrial para la Comunidad Foral. No confío en absoluto en esos planes, que se pueden realizar con buena voluntad, pero nada más. Los que crean los puestos de trabajo son los empresarios, autónomos, etc. no los gobiernos.
Estos lo que tiene que hacer es ser facilitadores en dos sentidos:, Uno: no poner impedimentos, que ya es bastante, y Dos: abrir puertas a las innovaciones desarrolladas en la Comunidad.
Cuando una persona o empresa idea un producto la fabricación del mismo suele ser lo más fácil. Lo verdaderamente difícil es comercializarlo, pues hay que tocar muchas puertas, en empresas y organismos de todo tipo. Si va el emprendedor sólo, ni lo reciben, sin embargo si fuese apoyado por el Gobierno Foral la cosa cambiaría. Tanto es así que un conocido mío que tenía unos productos innovadores a nivel mundial, harto de que en la mayoría de las empresas ni le recibiesen quiso poner en la prensa el siguiente anuncio:
“SE BUSCA EX-MINISTRO O SIMILAR. Función: abrir puertas. Remuneración: acorde con resultados”
Y creo no iba desencaminado, pues eso hacen esos altos cargos cuando salen de la Administración (abrir puertas).
Como los pequeños empresarios o emprendedores no se pueden permitir “fichar a un exministo”, el Gobierno Foral podría ser el facilitador para abrir esas puertas. Si no apoyamos lo nuestro no esperemos que vengan del exterior a solucionarnos la vida.
Hoy, 27 de mayo, día en que escribo este artículo, se me ha iluminado el rostro al leer en DN que “Pamplona innova con una máquina que repara baches en 15 minutos”. Me atrae el titular y lo leo con detenimiento. Bueno pues, mi gozo en un pozo. La que innova es la compañía inglesa TRAS, que a través de su filial en España nos ha vendido dicha máquina. O sea que de innovar nosotros nada, simplemente hemos adquirido una máquina que nos ahorra costes. Peor hubiese sido aún que siguiésemos con sistemas de reparación más onerosos, pero es el único consuelo que nos queda.
El futuro lo veo muy, pero que muy negro.
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