Por motivos personales y también profesionales he conocido un poco el tema de la legislación sobre socorristas en las piscinas, tanto privadas (en urbanizaciones) como públicas (clubs deportivos).
A partir de determinados metros cuadrados de lámina de agua (superficie de la piscina) obliga la actual legislación a tener un socorrista presente siempre que esté abierta la piscina.
La obligatoriedad del socorrista supongo es para el caso de que si a alguien le de algún desmayo o algo parecido dentro del agua, exista una persona que pueda salvarle. Partimos de la base de que, salvo niños pequeños, el que se mete en una piscina es porque sabe nadar.
Con esta legislación el Estado y las Autonomías han conseguido crear un buen número de puestos de trabajo a costa de los propietarios de esas urbanizaciones o de los socios de esos clubs. Creo que esta decisión ha venido a cuento por las reclamaciones que hayan podido presentar frente a ellos los familiares de los que han tenido cualquier percance y una vez tenida la desgracia, pretenden sacar el máximo posible de dinero demandando a los propietarios de las piscinas (también estas cosas las importamos de EEUU).
Con estas decisiones se consigue crear puestos de trabajo de servicios (no productivos) y encarecer los gastos de los que soportan dicha normativa (véase las noticias sobre situación de los clubs deportivos privados en Diario de Navarra 5-11-2009). El costo anual de socorristas para atender una piscina abierta entre las 8 y las 21 horas ronda los 95.000€ anuales.
Si seguimos creando este tipo de puestos de trabajo, estén seguros de que llegaremos al pleno empleo. Y esto me recuerda un viaje que hice a Rumanía hace unos 30 años, donde nos decían que allí no había paro, lo que me explicaba al ver que había cantidad de gente barriendo con una escoba las carreteras (ojo, no las calles). Es como si ves que un equipo de personas está barriendo el puerto de Velate. Así, evidentemente, no existe el paro.
Pues bien, les voy a dar una idea a nuestras Administraciones para mitigar el paro en lo posible con la creación de los siguientes puestos de trabajo.
Como el espíritu de la ley que regula los socorristas en las piscinas es la de que la gente no se ahogue, y, habida cuenta que no hay que discriminar a nadie, no podemos sólo proteger del posible ahogo a los que tienen más posibles y son socios de un club o tienen piscina en su urbanización, sino también a los más pobres que se pegan un chapuzón en cualquier playa, río o pantano, y que, por diversos motivos, puedan ahogarse.
Así pues propongo las siguientes medidas a tomar para toda la costa española, pues según creo no está prohibido bañarse en cualquier sitio y a cualquier hora:
1. Poner un socorrista cada 300 metros, y dado que la costa española tiene aproximadamente 7.880 kilómetros, nos da 26.266 socorristas y por tres turnos para cubrir las 24 horas, habríamos creado 78.798 puestos de trabajo de una tacada, más el personal para cubrir vacaciones y bajas, con lo que es fácil que podríamos alcanzar los 90.000 puestos de trabajo (y no cuento con los socorristas que habría que poner en todos los ríos y pantanos, lo que fácilmente nos llevaría al doble, o sea 180.000 puestos de trabajo nuevos).
2. Si no queremos poner tres turnos, tendríamos que vallar toda la costa para que la gente no saltase la misma y se bañase, lo que comportaría además del gasto de 7.880 kilómetros de valla el poner unos vigilantes con sus motos todo terreno cada 1.000 metros, con lo que estaríamos creando un nuevo y exitoso “Plan E”, creando riqueza (colocar vallas, vender motos, uniformes, etc.) y puestos de trabajo de servicios (que son los que valen).
Como ven esto es un absurdo. Creo que nuestros legisladores deberían pensar un poco más las cosas, y, entiendo que todo se puede compaginar utilizando criterios justos y razonables.
Entiendo que una piscina esté vallada para que no se puedan meter por descuido niños que no saben nadar, aunque la responsabilidad es de sus padres, que son los que tienen que vigilar a sus hijos, y no de la urbanización o del club.
Y eso se solventa con una valla que esté cerrada con una puerta cuyo pestillo esté a una altura que no puedan alcanzar los niños que, teóricamente, no saben nadar.
Si me apuran se puede dar un carnet de que se sabe nadar (y soy el enemigo público nº 1 de más carnets y tarjetas), como se da un carnet de conducir y no por eso se le pone a cada conductor una persona fija de copiloto por si tiene un desmayo al volante poder ser atendido de inmediato y, quizá salvarle la vida.
A partir de ahí si a alguien le da un achuchón en la piscina, playa o río, entrará dentro de lo que a uno le puede pasar por la calle. Estando paseando te puede dar un infarto o un mareo (te caes y te atropella un coche) y no por eso vamos a poner a una persona detrás para ayudarte en esos casos.
El día 12 de octubre estaba en la playa de la Barceloneta y a eso de las 6 de la tarde por megafonía se avisó de que la playa dejaba de estar vigilada y por tanto el que se bañase lo hacía bajo su responsabilidad. Pues eso se podría hacer también en las piscinas, que una parte estuviese cubierta por socorristas y el resto del tiempo el que se bañase lo haría bajo su entera responsabilidad.
Pero aquí tragamos todo…. Así que, ánimo, a seguir creando todo este tipo de puestos de trabajo, y no se olviden que, si a pesar de todo no se logra el pleno empleo, siempre queda el recurso de darnos una escoba …..
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