El Diario de Navarra del 30 mayo 2012 publicaba que “en la reunión de ATANA, -asociación de empresas TIC de Navarra- el Sr. Sarría de CEN decía que una de las principales dificultades para el desarrollo y crecimiento del sector TIC en Navarra es “la alta tasa de importación” de estos servicios, procedentes de Madrid y Barcelona, núcleos en los que se concentra el 58% de las empresas y el 78% de las ofertas de empleo.
La presidenta del Gobierno de Navarra presente en la clausura del acto, recogió el guante y pidió durante su intervención la ayuda de las empresas nacionales que trabajan en Navarra para que la redacción de los pliegos pueda ser favorable a las firmas navarras y de este modo retener el talento”.
Lo que sugiere la Presidenta del Gobierno es una especie de proteccionismo para que se puedan desarrollar las empresas de Navarra y me parece de maravilla que procuremos dar trabajo a esas empresas siempre que ofrezcan calidad similar a las de fuera. Incluso aunque sean algo peores hay que darles un margen de confianza para que puedan ir elevando su nivel, pues de lo contrario los grandes siempre se llevarían el gato al agua y nuestras empresas no despegarían en la vida.
Eso lo han entendido muy bien desde siempre nuestros vecinos del País Vasco y no digamos cómo se han protegido y protegen los franceses, alemanes, norteamericanos…. Todos menos los españoles que seguimos pensando que lo de fuera siempre es mejor (lo de fuera de Navarra o lo de fuera de España).
Una prueba de ello es que, en la actualidad, y en plena crisis bancaria, las empresas que van a auditar a la banca serán: Ernst & Young, PwC, KPMG y Deloitte, como se ve españolas de toda la vida. Curiosamente son las mismas que han estado auditando todos estos últimos años a dicha banca y a las grandes empresas españolas. Concretamente a Bankia (sometida ahora a un proceso por posible estafa y falsedad documental) la ha auditado Deloitte. Dichas auditoras y sus correspondientes empresas de consultoría controlan un porcentaje elevadísimo de la economía nacional. Asimismo el Estado y Comunidades Autónomas también les encargan bien auditorías o consultarías de todo tipo. Lo más cómodo es encargar estos trabajos a “los mejores” cueste lo que cueste, pues si la cosa falla siempre podremos escudarnos en que “no lo han visto los mayores especialistas” o “nos han aconsejado mal”.
Por si fuera poco y a fin de investigar los efectos de los años del ladrillo en las Cajas, se han nombrado a las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman, de hondas raíces hispanas, para que hagan el informe oportuno. Al parecer no hay empresas españolas que puedan desarrollar esos cometidos, ni tampoco los funcionarios del Banco de España, ni los de las CC AA, Ayuntamientos, etc. Me da tristeza ver cómo un país como el nuestro no ha sido capaz de montar empresas de este nivel y que todo esté en manos extranjeras. Estas empresas se van a llevar los cuantiosos beneficios derivados de esos trabajos y todo el conocimiento interno de la economía de nuestro país.
Por otra parte los que trabajan en todas esas consultoras y auditoras no son americanos o ingleses, sino españolitos y muchos de ellos navarros que se han tenido que ir de aquí porque no somos capaces de retener ese talento.
Por todo ello me parece muy bien lo que defiende nuestra Presidenta. Ahora bien el primero que tendría que aplicar esos criterios sería el Gobierno de Navarra al adjudicar muchos de sus trabajos, por lo que sería bueno tener una relación del tipo de trabajo encargado y a quién se le ha encomendado, y si supiésemos el importe pues aún mejor.
Fiándome sólo de mi memoria recuerdo que varios estudios sobre turismo, contenidos del museo del encierro, receta electrónica, un estudio sobre implantación de la Tarjeta Ciudadana (aunque luego la implantación de verdad la hicieron los funcionarios de Administración Local), reorganización de las empresas públicas de Navarra, así como cantidad de otros trabajos encomendados por organismos oficiales de todo tipo se han encargado o bien a las “cuatro grandes” o a otras también grandes y pequeñas empresas españolas ajenas a Navarra.
Los trabajos de esas consultoras están ligados íntimamente con las TIC a las que decimos queremos proteger.
Así que, si de verdad queremos eso, hay que ponerse manos a la obra y obrar en consecuencia.
El colmo de mi felicidad sería el día en que tuviésemos en Navarra y España un tejido empresarial de tal nivel, que nos permitiese enviar ACAGAR (Agencia Calificadora García) a USA, a fin de certificar la situación financiera de Ohio, Florida o Michigan, al igual que hasta la fecha lo hacen ellos con España, Navarra, Barcelona o Pamplona y ponerles o quitarles letras en su calificación a criterio de dicha empresa.